domingo, 31 de diciembre de 2017

Para Ramón



Escribo esto porque algunas personas
no deberían olvidarse,
para que el alud de lo ordinario
no ahogue implacable
el brote inesperado de invierno.
Me encontraste en la tarde
del cinco de diciembre,
de oscuridad rauda
y frío insolente,
me pediste algo
y yo te entregué
un mezquino euro,
me diste la mano
y no la soltaste,
no entendí bien
todo lo que dijiste
pero en tus palabras
había búsqueda
de orgullo y dignidad semienterrados
por el olor a alcohol arcaico y vencedor;
te dije ‘no te pierdas’,
me abrazaste con fuerza
y me besaste la mejilla barbada
como lo haría un hijo.
Desnudaste tu alma asendereada
para mí,
tu alma de boxeador caído,
de vagabundo en la noche,
un alma que no sabía que necesitaba
y solo me costó
un mezquino euro.



(Foto: bellimarco)

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